Estimulación Lúdica y Cognitiva

Para nadie es un secreto, que aprendemos con mucha facilidad aquello que nos produce goce y disfrute, utilizando herramientas lúdicas de aprendizaje; que acompañados por el cariño, el afecto y la comprensión, son imprescindibles en el ser humano. En este sentido, la Educación debe ser interpretada como un proceso de cooperación y solidaridad, especialmente en el desarrollo de actitudes compasivas y altruistas.

El juego, al igual que el deseo, el goce, o cualquier otra emoción, es un producto mental del cerebro humano. En todo el proceso mismo del juego se producen neurotransmisores, hormonas, moléculas de la emoción, que necesariamente activan algunas aéreas del cerebro, en especial todas aquellas ligadas al sistema límbico. Recordemos que el sistema límbico se encuentra conformado por una serie de núcleos localizados en la parte interna de los hemisferios cerebrales. Desde allí, luego con todo el cuerpo humano a través de la médula espinal. En este equipo emocional subyacen la alegría, el miedo, el placer, la huida y el ataque que hace el ser humano cuando se ve en una situación de estrés.

En el sistema límbico se encuentra la amígdala lateral, la cual incide en el afecto, la cooperación y la solidaridad que produce el juego en el aprendizaje. Esta zona límbica se encuentra muy ligada al placer y al goce. Por otra parte, también se activa el hipocampo reforzando todos aquellos procesos relacionados con la memoria. Ahora bien, uno no aprende a jugar, nace jugando, ya que toda la información cognitiva de carácter lúdico subyace en la memoria filética del ser humano, gracias a esta nacemos con la capacidad de saltar y jugar desde el ambiente intrauterino.

El solo hecho de que los procesos evolutivos del ser humano desarrollaran las áreas cerebrales intelectuales y las áreas vinculadas al placer (séptum – núcleo caudado – amígdala lateral) sobre otras vinculadas a la agresividad y a la depresión, nos ayuda a comprender cómo las actividades lúdicas permiten al ser humano reorientar su vida hacia actividades constructivas en todo lo relacionado con el aprendizaje, la creatividad y la aplicación del conocimiento. También el placer, el afecto, la solidaridad y la cooperación que producen las actividades lúdicas, permitirán la construcción de una vida social y comunitaria más rica en experiencias y aportes que engrandecerán la sociedad.